Carta de HIJA a MADRE




Querida mamá,
Primero que nada: Te amo.
Yo entiendo que, en tu juventud, la vida tenía un ritmo y forma diferentes que las de hoy en día. Yo quiero decirte que valoro mucho todos tus esfuerzos desde que fuiste niña hasta llegar hasta hoy, te admiro en tu dedicación y esfuerzo, respeto tu manera de vivir y todas las cosas que hiciste para llegar a donde hoy estás. Pero eso no quita que yo pueda tener una manera diferente de vivir, metas diferentes y forma diferente de vivir mi vida. Porque aunque entiendo que a cualquier madre le puede costar entender que -tu hijo/a no te pertenece ni es parte de vos misma-, esa es la verdad, me cree en tu interior y tengo mucha información tuya (de tu ser, de tu ADN, de tu historia, etc.) que nos va a unir siempre, pero vos y yo somos personas distintas, con sueños y objetivos distintos, podemos no estar siempre de acuerdo, podemos pensar completamente diferente con respecto a un montón de cosas que para cada una puede ser importante, pero ni eso, mamá, ni nuestras diferencias nos van a quitar el amor que nos une, yo siempre, no importa lo que pase, ni qué hagas o dejes de hacer, siempre te voy a amar, y eso nada ni nadie podrá cambiar.
Quiero que sepas que…
…aunque parezca que no hago nada de mi vida, todos los días me levanto a combatir miles de luchas conmigo misma, y que si a veces no te hablo no es porque tenga algo en contra tuya, es sólo porque necesito mi espacio y mi silencio para avanzar en este aprendizaje eterno que llamamos vida.
…todos los días me levanto recordando mi único objetivo: ser feliz. Es algo que aprendí y entendí de grande, y es por eso por lo que ahora estoy reparándome a mi yo niña, a mi yo adolescente, desde mi yo actual. Puede que no comprendas muy bien las maneras que tengo de sanarme y vivir mi vida, pero te pido que la respetes de igual manera que respeto la manera de vivir la tuya.
…sí tengo sueños y metas que cumplir, y todos los días, aunque no parezca, doy un pasito más que me acerca a ellos. No suelo comentar mucho contigo sobre ellos porque siento que podrías no entenderlos, o podría no gustarte y eso sólo nos frustraría más a las dos. Pero quisiera que lo que yo elija como forma de vida no interrumpa nuestra conexión como madre e hija, que las decisiones que yo tome en mi vida no representen una ruptura entre nosotras ni que eso sea una pared que separe el amor como madre e hija.
…aunque parezca que no te escucho o no te presto atención, todo lo que me decís, desde el momento en que te pude escuchar estando dentro tuyo, te escucho y se queda grabado en mi interior, todo eso que me decís y también todo eso que no me decís con palabras pero lo tenés adentro, y aunque estemos lejos físicamente, llegan hasta mí y calan muy hondo, se quedan arraigados dentro mío en un lugar en donde nadie más ingresa, sólo vos.
Por eso es que muchas veces me siento cortada de alas, coartada y frustrada, cuando tus pensamientos de "mi hija no hace nada de su vida" "no trabaja ni estudia, qué va a hacer más adelante" "no puede mantenerse sola" "no termina ni una carrera universitaria, será una empleada o hará cosas que yo tuve que hacer de nuevo para salir adelante en vez de aprovechar que tiene la posibilidad de una vida <mejor>", etc., etc. Cada vez que me llegan tus pensamientos de frustración a mí, siento miedo, siento que en realidad no valgo nada y que no hago nada de mi vida, siento todo eso que vos sentís, y es para mí, un gran trabajo interno deshacerme de todos esos prejuicios y frustraciones que me envias.
Yo sé que no lo haces de manera consciente ni hay maldad en todo eso, cada una hace lo mejor que puede. Si te estoy diciendo todas estas cosas no es para buscar culpables que no existen ni victimizar a nadie, es sólo para volver a conectarme contigo, para que me entiendas, para que nos entendamos, y para poder sanar.
Todos esos pensamientos que, comprendo que son desde lo que vos conoces como "mejor" intención, y desde lo que vos conoces como "demostrar amor" pero puede que esos conceptos que vos tengas no sean los mismos que los que tenga yo, por eso, quiero que intentemos con amor honesto (ese amor que es la fuente de la vida, lo que une el universo, lo que nos une a ambas) respetar lo que cada una decida hacer con su vida sin querer cambiarnos sino más bien aceptándonos con nuestras diferencias y amándonos sin más, porque si eso no es amor, ¿entonces qué es?.
Yo creo que el amor es dar, es siempre dar, y ni siquiera necesita de un receptor, es decir, el amor es una energía inagotable que fluye siempre para adelante y no espera nada a cambio, ni espera cambios, ni depende de nada, ni de un receptor, ni de algo que lo mire. El amor tiene que ver con dar, no importa dónde, cómo, por qué. El amor es dar.
Quiero que sepas que me importa mucho tu vida, me importa mucho que seas feliz y que sepas que en tu interior estás llena de amor que está gritando por salir, quiero que sepas que no juzgo nada en tu vida, ni la manera en la que vivís ni la manera en que pensas.
Quiero que sepas que siempre que vos seas feliz, no importa cómo ni dónde, no importa que yo no esté de acuerdo, no importa ninguna cosa, si vos estás feliz yo también lo voy a estar, y más importante aún, nada de lo que hagas va a hacer que te deje de amar. Porque puedo enojarme contigo, puedo incluso evitar hablarte por periodos de tiempo, puedo estar en contra de lo que haces o no pensar igual, pero nada de eso va a hacer que te deje de amar.
Y sí, es lo que deseo, deseo que las dos podamos respectarnos y amarnos con nuestras diferencias. Pero primero que nada y a lo último de todo:

Te amo, y no espero nada más.
Tu hija.

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